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septiembre 2013
Y.U.R.G.S. -P.16-
La sala se mantenía en un absoluto silencio, las miradas alternaban entre el cuerpo inmóvil del Xerx y el verdadero Asch que había aparecido sin que nadie lo esperase. Todos los invitados miraban asombrados al heredero, pero este no apartaba los ojos de la princesa Shenia, al igual que ella no apartaba la mirada de él. Ambos estaban sumidos en un absoluto silencio, miedosos de que si lo rompían terminase la magia que les había rodeado. Él, tanto tiempo apartado de la mujer que amaba, y ella, condenada a soportar el martirio de un impostor, deseaban abrazarse pero estaban paralizados y concentrados en los ojos del otro. Sin embargo, tarde o temprano uno de los dos debía romper aquel silencio, y en esa ocasión fue Shenia, aún sorprendida.
-Asch... -El chico dio un paso hacia ella, despegando sus labios para hablar.
-¡Asch!- Ese grito procedente de Glaiss captó su atención, vio a su amigo desenvainando su espada y a Drank sus cuchillos. De repente la sala entera gritaba. El heredero de Guniver se giró, sacando de las fundas a sus pistolas, y pudo observar como todos los invitados que había sido rescatados del ataque a su reino se iban convirtiendo poco a poco en seres verdes al igual que el Asch impostor. Anri, alarmada por la situación, corrió a ayudar a los invitados para que abandonasen la sala mientras los soldados y los tres príncipes combatían ferozmente contra los Xerx. Glaiss y Asch cubrían a la reina para que los invitados huyesen, Drank ayudaba a los soldados a acabar con ellos. Shenia se mantenía alejada de la pelea, vestida con su traje de boda la lucha para ella sería difícil.
-Asch... -El chico dio un paso hacia ella, despegando sus labios para hablar.
-¡Asch!- Ese grito procedente de Glaiss captó su atención, vio a su amigo desenvainando su espada y a Drank sus cuchillos. De repente la sala entera gritaba. El heredero de Guniver se giró, sacando de las fundas a sus pistolas, y pudo observar como todos los invitados que había sido rescatados del ataque a su reino se iban convirtiendo poco a poco en seres verdes al igual que el Asch impostor. Anri, alarmada por la situación, corrió a ayudar a los invitados para que abandonasen la sala mientras los soldados y los tres príncipes combatían ferozmente contra los Xerx. Glaiss y Asch cubrían a la reina para que los invitados huyesen, Drank ayudaba a los soldados a acabar con ellos. Shenia se mantenía alejada de la pelea, vestida con su traje de boda la lucha para ella sería difícil.
Y.U.R.G.S. - P.15-
El prisionero había partido, su determinación más la estimulante historia que le había contado Amadeus habían encendido un fuego desolador en su corazón que hacia un año que no sentía, el prisionero iba a caballo desde Nindrez al sureste dirección a Husmacia , el caballo negro resoplaba por el hostil terreno abandonado que habían dejado arrasado los Xerxs a su paso.
-¿Y qué piensas hacer con todo esto? -Habló Amadeus agarrado a la capa del prisionero subido también a lomos del mismo caballo- Mostraras un revuelo enorme, ahora mismo tu nombre es muy odiado.
-Solucionaré la situación como solo yo sé hacer -El recluso de Nindrez metió la mano por dentro del abrigo que lo tapaba para agarrar con firmeza un preciado objeto para él.
El día de la boda se acercaba y los invitados comenzaban a reunirse en Husmacia días antes para no perderse la ceremonia. Shenia se había encerrado en su cuarto desde que escuchó aquella noticia, lloraba mirando por el hueco de la ventana la llegada de todos al castillo. Asch estaba demasiado tranquilo, no se había comportado de alguna manera extraña, paseaba por el pasillo serio con una mano a la espalda y la otra acariciaba cada palmo de mármol de las paredes con una satisfecha sonrisa en el rostro.
-¿Y qué piensas hacer con todo esto? -Habló Amadeus agarrado a la capa del prisionero subido también a lomos del mismo caballo- Mostraras un revuelo enorme, ahora mismo tu nombre es muy odiado.
-Solucionaré la situación como solo yo sé hacer -El recluso de Nindrez metió la mano por dentro del abrigo que lo tapaba para agarrar con firmeza un preciado objeto para él.
El día de la boda se acercaba y los invitados comenzaban a reunirse en Husmacia días antes para no perderse la ceremonia. Shenia se había encerrado en su cuarto desde que escuchó aquella noticia, lloraba mirando por el hueco de la ventana la llegada de todos al castillo. Asch estaba demasiado tranquilo, no se había comportado de alguna manera extraña, paseaba por el pasillo serio con una mano a la espalda y la otra acariciaba cada palmo de mármol de las paredes con una satisfecha sonrisa en el rostro.
Y.U.R.G.S. -P.14-
Guniver había caído. Katarina e Isgar habían fallecido y ya sólo quedaba un heredero sin trono. La vuelta de Asch desde la batalla había sido hace un mes y el príncipe todavía se estaba recuperando de las heridas y moratones que había sufrido aunque ya no hacía falta que se mantuviese en la enfermería el día entero. La situación actual ponía nervioso a todo el reino, especialmente al rey, quien aguantaba demasiado estrés y no se dejaba ver demasiado por el castillo.
Asch se encontraba en sus aposentos, sentado delante de la ventana mirando el vendaje de su brazo izquierdo cuando llamaron suavemente a la puerta. Esta fue abierta y Shenia apareció en el umbral con una bandeja de plata en las manos en la que había un plato hondo y una garrafa de agua, además de unas toallas. La princesa lo dejó todo sobre la cama y miró hacia el heredero. A pesar de su mal comportamiento, seguía siendo amable y se preocupaba de su estado.
-Pensé que necesitarías... -Comenzó a decir.
-No te lo he pedido -Asch se dio la vuelta, se levantó y la miró de mala manera- Tampoco te he dado permiso para que entres en mi aposento.
Shenia frunció el ceño ante la actitud de Asch, sin embargo, lo pasó por alto- Yo no estuve en Nindrez, no sé lo que pasó, pero algo ocurrió que te ha hecho cambiar -Se acercó un paso a él, mientras que este no apartaba la mirada de ella- Cuéntamelo, quiero ayudarte, sino... -Suspiró- Haré que mi padre cancele la boda, no quiero casarme contigo si eres así.
Asch se encontraba en sus aposentos, sentado delante de la ventana mirando el vendaje de su brazo izquierdo cuando llamaron suavemente a la puerta. Esta fue abierta y Shenia apareció en el umbral con una bandeja de plata en las manos en la que había un plato hondo y una garrafa de agua, además de unas toallas. La princesa lo dejó todo sobre la cama y miró hacia el heredero. A pesar de su mal comportamiento, seguía siendo amable y se preocupaba de su estado.
-Pensé que necesitarías... -Comenzó a decir.
-No te lo he pedido -Asch se dio la vuelta, se levantó y la miró de mala manera- Tampoco te he dado permiso para que entres en mi aposento.
Shenia frunció el ceño ante la actitud de Asch, sin embargo, lo pasó por alto- Yo no estuve en Nindrez, no sé lo que pasó, pero algo ocurrió que te ha hecho cambiar -Se acercó un paso a él, mientras que este no apartaba la mirada de ella- Cuéntamelo, quiero ayudarte, sino... -Suspiró- Haré que mi padre cancele la boda, no quiero casarme contigo si eres así.
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